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 LA ELMINACIÓN DEL TIEMPO PSICOLÓGICO

(pensamiento de pasado y de futuro)

Necesitamos una agenda para nuestro día a día, en el sentido de saber qué cosas tenemos que hacer hoy, mañana o en un tiempo futuro (ir al médico, asistir a una clases, comprar una u otra cosa, etc), y a veces recordar una fecha pasada que debe ser tenida en cuenta por una u otra razón. Esto sería el tiempo normal en nuestros quehaceres.

Una cosa es ese tiempo que es necesario, y otra, muy distinta, es lo que aquí denominamos al tiempo psicológico según vemos a continuación. Tiempo que deberíamos eliminar para que no altere nuestra felicidad.

Es un error no vivir en la presencia (en el presente, en el ahora).

Vivir en la presencia es vivir en lo que tenemos.

Erradicar el tiempo psicológico es algo que nos procurará bienestar tal como aquí lo entendemos.

Eliminar el tiempo psicológico consiste en vivir en el ahora. Y es que el pensamiento del pasado ya pasó y el futuro (que no sabemos cómo va a ser) aún no está y puede ser que no esté tal como puede indicarnos nuestro pensamiento de futuro.

Nuestro pensamiento al no eliminar el tiempo psicológico nos trae al presente el pasado y hace suposiciones del futuro. Ese es el error que nos impide estar en lo que tenemos, que es el ahora. 

Sufrir por lo que ya ha pasado o por lo que imaginamos que deparará el futuro carece de toda lógica.

Todos, sin duda, tenemos un cuerpo del dolor que se ha ido formando por hechos pasados que nos han hecho sufrir. Existe ese cuerpo del dolor, pero ya es pasado, y traerlo al presente para revivirlo es volver a sufrir innecesariamente. Otra cosa es observar ese cuerpo del dolor, que no es lo mismo que volver a traerlo al presente como si fuera el ahora. Lo mismo podría aplicarse con suposiciones o imaginaciones del futuro. No tiene razón de ser. 

Dejar de vivir el ahora, el presente, porque nuestro pensamiento traiga al presente hechos pasados o hechos futuros que imaginamos o suponemos anula o incide en nuestra felicidad presente.  

A veces ese cuerpo de dolor va unido a resentir, pero resentir tampoco tiene sentido alguno. Sobre ello volveremos en otra reflexión.